Músicos de Xoximilco Cancún nos comparten sus historias con la música mexicana
¡Arránquense muchachos!
¿Recuerdas cuál fue la primera canción que te hizo mover el huarache o te dieron ganas de aventarte un buen grito? A casi a todos nos ha pasado, pues el amor a la música mexicana está presente en cualquier lugar que visitemos.
Puede ser con un corrido norteño para bailar con todo y botas vaqueras o pasando por Jalisco y el mundialmente aclamado mariachi, ¿a poco nunca has cantando la del “El Rey”? Ya más hacía el Sur, el sonido de la marimba no dejará a nadie sin una sonrisa de oreja a oreja.
Como sabemos que a todos nos gusta la música mexicana, ¿quién más que los expertos? Ellos nos platicarán cómo nació su amor hacia ella desde Xoximilco Cancún:
La marimba es parte de la cultura chiapaneca y me lo heredó mi padre. Esta me recuerda a él y a mis orígenes, ¡hasta ahorita felicidad porque mi papá está aquí!
No recuerdo cual fue la primera canción mexicana que escuché, pero disfruto tocar todas las canciones. Me pone la piel chinita cuando tocamos canciones clásicas que nos llenan de nuestro México.
Crecí en una familia donde se escuchaba música tradicional, desde boleros y canciones de Pedro Infante o Jorge Negrete, hasta música clásica. Mi padre era tenor y le gustaba escuchar música muy variada. De mi infancia, tengo un recuerdo lejano de una canción mexicana, es el minueto de Manuel M. Ponce.
En 1991 ocurrió algo que transformó mi vida. De visita al Museo Nacional de Antropología e Historia, escuché unos sonidos que nunca había escuchado antes. Había una demostración de instrumentos prehispánicos (ocarinas de barro y flautas). Desde ese momento me dediqué a recorrer zonas arqueológicas en busca de réplicas de estos instrumentos.
En 1997 entré a trabajar a Parque Xcaret y ahí conocí y toqué la música de los Tamborileros de Tabasco. También participé en la musicalización del juego de pelota prehispánico. Esa fue una época de mi vida que disfruté mucho.
Me gusta todo el repertorio que tenemos aquí, pero mis dos canciones favoritas son “Frenesí” y “Bonita”. Cada una de estas dos canciones representa una época en la historia musical de México. Me gustan porque esas canciones me acercan al público que nos visita cada noche.
Vengo de una familia de músicos. La mayoría se dedican a la música mexicana. Mi papá siempre escuchó música norteña. La primera canción de la que tengo memoria es Eres todo, todo de Ramón Ayala.
He descubierto muchos géneros y diferentes estilos. Disfruto mucho tocar todo lo que esté bien ejecutado. La música norteña es de lo que más disfruto, aunque no dejo de lado todo lo que he tenido oportunidad de interpretar.
Mi padre era músico y me dejaba acompañarlo a algunos trabajos, yo tendría entre 8 y 10 años. Desde entonces me enamoré de esta maravillosa profesión. La primera canción mexicana que recuerdo haber escuchado fue “El Son de la negra”.
Esta última, además de “Guadalajara”, “Cielito lindo” y “Huapango de Moncayo” son las que más disfruto tocar. Porque son canciones muy representativas de México y la gente al escucharlas, esté donde esté, las canta con nosotros.
De niño, en uno de los festivales de tradición en Irapuato, se celebra el día de Santa Cecilia. Todos los mariachis de ahí la festejaban con novenario y peregrinaciones a su templo en el cual la recibíamos con música. Al día siguiente le llevábamos mañanitas a la virgen a las cinco de la mañana y tocábamos música mexicana para ella. Ese mismo día, ya por la noche, todos los grupos de mariachi se vestían de gala portando sus mejores trajes y tocando en un escenario su mejor repertorio a toda la gente que asistía. La fiesta cerraba con un castillo y pirotecnia. Fue realmente mi primer acercamiento a la música mexicana y sin duda el más genial.
La primera canción mexicana que escuché se llama Y ándale. ¡Sin duda lo que más disfruto tocar son los sones! Te llenan de alegría y sentimiento bravío. Es el sello más importante del mariachi y en el momento de tocarlos y cantarlos hacen sentirte orgulloso del traje que portas y a quien representas.
Hablando de sones y tradiciones: El Son Jarocho de Veracruz
Mi primer acercamiento a la música mexicana fue hermoso durante una fiesta de mi pueblo. La primera canción mexicana que escuché fue “Por tu maldito amor” del señor Vicente Fernández. Las que más disfruto tocar son las norteñitas, aúnque soy del Sur, me encanta el tiempo y el sonido de los instrumentos.
Después de estas historias sí que se siente más el amor a la música mexicana. Además, crece el orgullo de pertenecer a esta tierra llena de colores y matices musicales para todos los gustos y estados de ánimo.
¿Y si le seguimos leyendo? De México para el mundo: ¡El mariachi!
¿Recuerdas cómo nació tu amor a la música mexicana?
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